Responsabilidad para subirse a la descentralización

No existe duda de que hablar de descentralización resulta altamente atractivo, por cuanto una de las dimensiones que concita mayor interés apunta a incrementar la decisión del nivel regional y local por sobre el central. Este 2021 asistimos a uno de los hitos más importantes asociados a la descentralización política: la elección de gobernadores regionales. Sin embargo, en una dimensión menos llamativa, existe un cúmulo de acciones y trabajo que supone generar la adecuación de las distintas estructuras que darán sustento a esas decisiones. Se trata de ajustes legales e institucionales que propiciarán la correcta implementación del proceso que se inicia.


En ese trabajo, que se lleva a cabo tras bambalinas, hay una necesidad de asegurar que la transferencia de nuevas competencias desde los ministerios regionales no diluya la responsabilidad de proveer ciertos bienes y servicios a la población. En efecto, la descentralización tiene una densidad y un rigor técnico, que no se basta a sí misma en un discurso rápido o de corto plazo.


Si aspiramos a tener un Estado más eficiente, fuerte y moderno, debemos ser capaces de perfeccionar los desempeños de los equipos técnicos y las autoridades, fortaleciendo las capacidades locales, reduciendo los espacios de arbitrariedad y transparentando Las decisiones y acciones que se toman. Finalmente, pero por ello no menos importante, se requiere mejorar la capacidad de informar y educar a la ciudadanía que en abril elegirá a los representantes del nivel regional. Como Subdere, asumimos la responsabilidad de esa misión.


Para apoyar este proceso, hemos puesto a disposición de la ciudadanía el sitio web www.descentralizachile.cl, donde no sólo hay información simplificada sobre la elección de gobernadores y sus roles, sino también documentos técnicos e historia del proceso de descentralización, que contribuirán a ese aprendizaje. Lo sabemos, en este camino que emprendemos como país se requiere tanta decisión como acción. Por lo mismo, debemos entender que esta es una responsabilidad y tarea de todos. Y para lograrlo, no vale improvisar. Por eso, me permito reiterar el valor de la planificación, basada en datos y no en opiniones. En diálogos y en acuerdos de cara al proceso constituyente que se avecina. El desafío entonces es ser capaces de conciliar la mirada, representar las diferencias y guiar la generación de una visión compartida del territorio, logrando conjugar la dimensión técnica con la dimensión política. Solo esto nos permitirá cumplir con la aspiración de alcanzar un desarrollo equilibrado, respetuoso de las entidades locales, reconociendo las particularidades de cada uno y en ello, la riqueza de nuestro Chile.

Fuente: Medios Regionales – Crónica de Chillán